La casa puede segregarse en dos apartamentos separados en caso de no necesitarse la casa entera, el Refugio a nivel del mar y la Atalaya en las plantas superiores. La Atalaya tiene dos plantas 3 habitaciones y dos baños. El Refugio es un apartamento enclavado en la lengua de lava, un estudio de una habitación y una kichnette para 2 personas con un baño y salida directa al mar
La casa completa puede hospedar hasta 8 personas. 6 personas en la Atalaya y 2 personas en el Refugio.
La Atalaya del Pescador tiene dos plantas, 3 habitaciones y dos baños. Para un máximo de 6 personas.
Habitación Doble en la Atalaya
Habitación individual con posibilidad de hacerse doble en la Atalaya
Habitación individual con posibilidad de hacerse doble en la Atalaya
Salón de la Atalaya
Comedor de la Atalaya
Cocina de la Atalaya
Baño 1 de la Atalaya
Baño 2 de la Atalaya
El Refugio tiene una planta a nivel del mar y consta de una habitación, 1 kichenette y un baño.
Ubicada en el pueblo pescador de Varadero, sobre una lengua de lava ahora protegida para mantener su encanto, se encuentra este maravilloso refugio. Desconocido para muchos Tinerfeños, Varadero es un pueblo Costero que parece anclado en los años 60. Desde pronto por la mañana y hasta el anochecer lugareños y visitantes se dedican a pescar en las rocas los pescados que luego comerán y cenarán. Es un pueblo sin prisas, ajeno al frenesí del mundo, al que se llega por una sinuosa carretera rodeada de Tabaibas.
Ubicado a 15 minutos en coche del aeropuerto Tenerife Norte y a 35 minutos del aeropuerto Tenerife Sur, sobre la costa Este. La costa este de Tenerife es la costa con más horas de sol al año. Está a 10 minutos en coche de Santa Cruz de Tenerife, con la ventaja de tener al lado todos los beneficios de la ciudad, pero sin los inconvenientes de la misma. Y a solo 15 minutos del centro histórico de la Laguna, con sus restaurantes y edificios históricos.
Cora, Hugo, María y Ovidi
Encontramos en ese mismo viaje el pueblo pescador de Varadero, casi por casualidad. Era para entonces muy desconocido y mientras bajamos por primera vez esa carreterita estrecha entre tabaibas y plumeros supimos que era nuestro lugar. Al momento nos enamoramos del ambiente relajado, de la calidez de los vecinos y de su vida pausada.
Nos encanta el diseño y el interiorismo y pensamos que esa casa era la base perfecta para reflejar el arte y la historia de la isla. La oda al mar, a la roca volcánica, al trabajo artesanal de los materiales y la elección de los materiales nobles propios de la isla pretenden transmitir esa belleza salvaje que nos cautivó desde el primer momento.
A las dos semanas de volver de ese viaje encontramos la casita, fue desde entonces nuestro sueño e ilusión y hasta el día de hoy nuestro lugar favorito.
Las calles, las casitas y las vírgenes del pueblo.
Leer en las rocas mientras escuchas el mar de fondo
Las cenas con las vistas y el olor a mar
Pescar en las charcas o en el mar
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